No parece intuitivo, que una pequeña isla del Índico albergue la primera jefatura de Estado femenina, pero la Historia tiene estos descubrimientos. La Primera Mujer que dirigió los designios de un país fue Sirimavo Barandanaike, quien en el año 1960 alcanzo la presidencia del entonces Ceilán y actual Sri Lanka.

Nacida hace 100 años, en el seno de una familia acomodada, Sirimavo fue la mayor de seis hijos. Su padre fue miembro del Consejo de Estado y del Senado de Ceilán, y ella se educó en la fé Católica en el Convento de St Bridget en Colombo. La experiencia no debió ser muy positiva, pues poco después se convertiría en budista practicante. En 1940 contrajo matrimonio con Solomon West Ridgeway Dias Bandaranaike, político y miembro del Consejo de Estado. A su lado, Sirimavo comenzó a interesarse por el bienestar social de las clases más desfavorecidas, y visitaba las aldeas para tratar de incrementar el nivel de vida de las mujeres, haciendo especial hincapié en medidas que contemplaran la planificación familiar y la educación.

Sri-Lanka

La Primera Ministra de Ceilán, tras su llegada al poder, en 1960

Su marido fue nombrado primer ministro en 1956,  pero tras su asesinato, tres años después, Sirimavo fue invitada por su partido, el SFLP a liderarlo en las siguientes elecciones, las de 1960, en las que obtuvo una holgada victoria. En julio de ese año se convertiría en Primera Ministra para continuar con un ambicioso programa de políticas económicas socialistas.

En el ámbito cultural, el gobierno de Sirimavo promovió la religión budista, y la lengua  y cultura cingalesas por encima de la inglesa, la oficial del país, enfureciendo a la minoría tamil. En el apartado económico, Sirimavo nacionalizó compañías, bancos y compañías de petróleo, lo que le granjearía la enemistad de Estados Unidos y Gran Bretaña. También nacionalizó las escuelas, que eran todas católicas.En 1964, la crisis económica y la coalición con el Partido Socialista de Ceilán contribuyeron a que perdiera las siguientes elecciones.

Estuvo al frente del país en tres mandatos diferentes. Sus políticas socialistas promovieron la igualdad, pero también provocaron un estancamiento económico y el malestar de la minoría tamil.

En 1970, 6 años más tarde, retomó el poder al frente de la formación socialista Frente Unido. Una vez más como primera ministra, Bandaranaike nacionalizó la industria, llevó a cabo reformas agrarias, y promulgó una nueva constitución en la transformaba a Ceilán en la república deSri Lanka. Sus políticas abiertamente socialistas promovieron la igualdad social, pero causaron un estancamiento económico y la cancelación de las ayudas extranjeras, y aunque logró defenderse de los conflictos internos, gracias a sus hábiles maniobras diplomáticas con India y Pakistán, terminaría por perder las elecciones en 1977.

Durante 6 años, desde 1980, Sirimavo, castigada por sus rivales políticos, fue excluida de todo cargo, pero en 1986 el presidente J.R. Jayawardene le otorgó un perdón y le devolvió sus derechos. Apenas dos años después, en 1988, este mujer inquebrantable que concebía la política como un servicio social, se presentó como candidata por el SLFP. No salió elegida,  pero recobraría un escaño en el parlamento, que en 1989 la ayudaría a convertirse en líder de la oposición.

En 1995, esta mujer, política, hija, esposa y madre de políticos, se puso al frente de un gobierno bajo la presidencia de su propia hija, Chandrika, quien actualmente continúa ostentando ese cargo.

Dos sus tres hijos, mientras tanto, también hacían carrera política en el partido: su hijo Anura y su hija Chandrika, que terminaría, no solo por liderar el ala izquierda del partido, sino ganando las elecciones parlamentarias en agosto de 1994, y a poniéndose al frente de un nuevo gobierno del que ella sería la presidenta, y su madre, de nuevo,Primera Ministra.

Ejerció su cargo hasta el final. O casi. En agosto del año 2000, la señora B, como se la reconocía internacionalmente, se vio obligada a renunciar a su puesto debido a su delicada salud. Murió poco después de ejercer con su deber constitucional de votar en las elecciones parlamentarias de octubre. Tenía 84 años.