Hasta que no decidí viajar a Armenia no fui consciente de la importancia que ha tenido este pueblo diseminado por medio mundo en la Historia de la Humanidad. Esta civilización cristiana con Iglesia propia, hace siglos poseía un territorio diez veces mayor que en la actualidad en el que estaban las actuales Georgia, Azerbaiyán, parte de Turquía y de Irán.
El Monte Ararat que se encuentra en Turquía es su monte sagrado ya que según la Biblia allí apareció el Arca de Noé. Los armenios forman la mayor diáspora del mundo, el 70% de ellos viven fuera de Armenia. De hecho, el genocidio armenio que los turcos ejecutaron a principios del siglo xx (el primero de la historia) ha marcado sus relaciones geopolíticas y a las nuevas generaciones que nacen en otros países añorando el Monte Ararat al que nunca podrán subir. Algo que gran parte del mundo, a excepción de ellos, no sabe.
El idioma arameo y su alfabeto dicen que fue el primero de la historia (año 301) y el otro día, averigüé también que no fue Copérnico el primero en hacer notar que la tierra era redonda, sino un armenio que dejó constancia, nada más y nada menos que 7 siglos antes, en uno de los maravillosos manuscritos que hoy en día se conservan en el museo de Matenadaran. También tienen el zapato más antiguo del mundo con 5.500 años A.C. (muy parecido por cierto a las zapatillas de deporte que llevamos hoy en día), y el teleférico más largo del mundo. Vamos, unos cracks en ganar el récord Guinness.
Los armenios son tan patriotas que los que se encuentran en el extranjero (ellos lo llaman diáspora) contribuyen con donaciones a sacar adelante su país y a los que en él habitan. De hecho, realizan un concurso de televisión anual, en el cual todos los armenios conectados del mundo deciden el proyecto que se va a financiar. ¿Cómo? Haciendo una especie de sorteo.
Aunque son un estado independiente tras la caída del telón de acero, hoy continúan bajo la órbita rusa. Tanto, que no solo son bilingües sino que los rusos les «suministran» los militares para resguardar las fronteras y siguen pautando muchas normas a cambio del gas que les venden.
¿Y qué pasa con las mujeres?
Aunque el divorcio está cada vez más de moda, las familias siguen siendo muy conservadoras y la igualdad esta todavía muy lejos de ser una realidad. Hace unos años el estado lanzó un proyecto de ley para establecer la igualdad y muchos hombres (y algunas mujeres) salieron a las calles para protestar. Me costaba entenderlo, hasta que me explicaron que los manifestantes confundieron igualdad de género con igualdad sexual. La homosexualidad está obviamente prohibida. Sin embargo, este pequeño país (ahora) está viviendo cambios y abriéndose al exterior, por lo que todo llegará.
En Armenia Alice Fauveau conoció a grandes mujeres con historias inspiradoras que podrías escuchar de primera mano en nuestros viajes. Y mientras llegan esos cambios sociales, uno se encuentra con un bello país de grandes paisajes y monasterios, cada cual más impresionante, gentes encantadoras y hospitalarias, y una gastronomía muy variada y deliciosa.
Viajar a Armenia hoy en día es toda una oportunidad si lo que uno busca es autenticidad y poco turismo. Si lo que quieres conocer es la cultura de la mujer, todavía mejor, ya que es un país lleno de mujeres inspiradoras y transgresoras que están luchando por cambiar los estereotipos y crear un nuevo país lleno de oportunidades. Y de eso los armenios saben mucho. No olvidemos que han sido uno de los pueblos que más han potenciado el comercio ¡¡¡desde los tiempos en los que su territorio se extendía del Mar Caspio al Mediterráneo!!!
Un viaje perfecto para mujeres que viajan solas y quieren hacerlo en un reducido grupo de viajeras culturalmente inquietas. ¡¡Seguro que te encantará!!