Salieron a la calle, enfrentándose a familias y convenciones sociales, para luchar por los derechos que, un siglo después, consideramos fundamentales. Hoy más que nunca, aquellas valientes mujeres y los hombres que las apoyaron, merecen nuestro recuerdo y nuestra más rendida adm  iración.

En un mes que trata de volcarse mediáticamente en la mujer, pibotando en torno a la fecha del 8 de mazo, a veces se nos olvidan otras fechas igualmente importantes para la consecución de algunos derechos tan fundamentales que cuesta imaginar que antes no existieran. Ese es el caso de una de las manifestaciones más importantes en pro del sufragio femenino, la que tuvo lugar el 3 de marzo del año 1913, hace poco más de un siglo, en la ciudad de Washington. En ella, miles de mujeres se lanzaron a las calles, exigiendo su derecho al voto. Su slogan era inequívoco: “en protesta contra la actual organización política de la sociedad, de la que las mujeres están excluidas”. Esa misma pancarta en una manifestación, a día de hoy, estaría desgraciadamente, de rabiosa actualidad.

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Cartel de la marcha a favor del sufragio femenino

La manifestación estadounidense tuvo tintes de espectáculo, en la estela de de las suffragettes británicas, cuyas teorías y estrategias trataban de calcar las norteamericanas. Por ello, la marcha, con un tono festivo, se convirtió en una auténtica «parada» militar que incluía 9 bandas de música, 4 brigadas a caballo y 20 carrozas, que desfilaron ante los atónitos ojos de los ciudadanos.

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Miles de sufragistas marcharon con la marcialidad de un desfile militar. Al fondo, el Capitolio.

Pese al carácter reivindicativo y no violento de las manifestantes, muchas de ellas fueron insultadas, zarandeadas e incluso agredidas por un público mayoritariamente masculino. Ante la inacción de las  fuerzas de seguridad, el día se saldó con más de un centenar de manifestantes ingresadas en diferentes hospitales

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Decenas de mujeres fueron ingresadas como consecuencia de las agresiones sufridas por un público mayoritariamente masculino.

Sin la perspectiva de la distancia historia es difícil reconocer el mérito de unas mujeres que en su momento se enfrentaron a la opinión pública y a sus propias familias para luchar por los ideales que sabían justos. Mujeres que fueron ridiculizadas y vilipendiadas, sin poder imaginar que un día nos asomaríamos a su trocito de historia, que admiraríamos su valentía, y que recordaríamos esa marcha como uno de los iconos en la lucha por el sufragio femenino en EEUU.

Cabe destacar que el sufragio femenino tardaría aún 7 años en llegar a Estados Unidos, implantándose en el año 1920. Eso sí, aún quedaría mucho trabajo por delante para que se le pudiera llamar universal, cosa que no ocurriría hasta que se le concediera el mismo derecho a la población de raza negra.